| ||||||
(IAR Noticias)
21-Noviembre-2012
Alejandro Parga Periodista V.P. 22/11/2012
Los
F16, los misiles y las bombas inteligentes, los tanques y baterías de última
generación, los helicópteros Apache, las bombas de racimo y el fósforo blanco
para despellejar pieles palestinas, tienen su limite en los muertos y la
destrucción que generan. Y ya empezaron a perder nuevamente la guerra en la
escena del crimen.
Por Manuel Freytas
(*)manuelfreytas@iarnoticias.com
P
rimera conclusión estadística: Después de 12 días de exterminio
militar por aire, por mar y por tierra Israel no pudo cumplir con sus
objetivos de máxima en Gaza: Descabezar o encarcelar al estado mayor de
Hamás y destruir la infraestructura operativa de lanzamiento de cohetes
palestinos hacia las ciudades fronterizas de Israel.
Cumplido el octavo día de la operación " Pilar de Defensa", que hasta el momento ya causó 150
muertos (un 20%, niños), y 1.200 heridos, según fuentes medicas
palestinas, el aparato político-militar de Hamás sigue operando y combatiendo
desde la clandestinidad y los cohetes palestinos, aunque con menor
intensidad, siguen cayendo sobre Israel, incluso en su capital Tel
Aviv.
Entre los 150 muertos figuran tres periodistas de medios locales que
perdieron la vida la pasada madrugada. Este miércoles, el ejército de Israel
bombardeó más de un centenar de objetivos en la empobrecida Franja,
destruyendo varios edificios públicos, una oficina de la Policía y uno de los
mayores puentes de Gaza.
Los nuevos bombardeos israelíes se producen después de una de las
jornadas represivas más devastadoras. Los grupos de combatientes lanzaron el
martes un total de 198 cohetes contra Israel, matando a dos personas e hiriendo
a otras cuatro. Con las dos nuevas víctimas, las bajas israelíes ascendieron
a cinco personas tras siete días del conflicto.
El infernal bombardeo "quirúrgico" continúa en medio de rumores de un cese al fuego que las partes no terminan de acordar. El movimiento Hamás reconoció anoche la falta de ese acuerdo después de anunciar una tregua que finalmente no se llegó a realizar.
Israel por su parte volvió a exigir la víspera "garantías
internacionales" para un posible alto al fuego. En la práctica, los grupos
militantes palestinos boicotean todo tipo de acuerdo de las
dirigencias.
El empatanamiento de la masacre israelí en
Gaza hegemonizó las agendas de muchos de los políticos del eje USA-OTAN. Dos de
ellos, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la jefa de la diplomacia
de EEUU, Hillary Clinton, viajaron el martes a la zona del conflicto para
tratar sin éxito de conseguir un cese el fuego favorable a Tel
Aviv.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton,quien se entrevistó
anoche con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, prometió dedicar los
“próximos días” a la búsqueda de una solución para la crisis de Gaza. Continuará
su gira por Oriente Próximo con sendas reuniones con el presidente palestino,
Mahmud Abbas, y el líder egipcio, Mohamed Morsi.
El responsable de las Naciones Unidas Ban Ki-moon advirtió a su vez contra una intervención terrestre en Gaza, opción que no descarta el Gobierno de Israel en caso de fracasar las negociaciones de armisticio.
En este contexto, y para proporcionarle un
"repliegue victorioso" al Estado judío, EEUU y las potencias aliadas de
la OTAN mueven aceleradamente las piezas de un "cese el fuego" que posibilite
negociaciones entre Hamás e Israel.
El nuevo gobierno islamista de Egipto está
mediando en las conversaciones e hizo surgir las esperanzas de un alto al fuego
en la noche del martes entre Israel y Hamás, el movimiento islamista que
controla Gaza. Sin embargo, para cuando Hillary Clinton se reunió con el primer
ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaba claro que no habría tregua ni
acuerdo de alto el fuego.
El nuevo holocausto palestino sólo sirvió
hasta ahora para demostrar a un mundo indiferente la brutalidad
patológica-militar de la potencia israelí que hizo del Holocausto la leyenda de
su propia victimización histórica.
La demolición de Gaza (como ayer sucedió con Líbano) sólo sirvió
hasta ahora para regar con la sangre, la muerte y la mutilación de miles de
palestinos, otra aventura genocida por el control político y militar de la
Franja. Con un agravante: El poder israelí está próximo a elecciones (se
eligen nuevas autoridades) y esa situación potencia el fracaso militar con la
crisis y las divisiones internas.
Ya casi no queda nada con que supervivir, no hay resguardo posible
ante los misiles y las bombas
Netanyahu, que se enfrenta a las elecciones dentro de dos meses,
en las cuales, por ahora, es el favorito para ganar, dijo a Hillary
Clinton que quería una solución con Hamás de "largo plazo". De no ser así,
Netanyahu dejó claro que estaba dispuesto a intensificar la campaña militar
para "silenciar" los cohetes de Hamás.
Y la conclusión es
simple: Si Israel no termina rápidamente con Hamás y sus cohetes que aterrorizan
a los pueblos y ciudades fronterizas israelíes, la estrategia que guía la
masacre comenzará a desintegrarse (como en Líbano 2006 y Gaza 2009) y su
supremacía de potencia militar de primera línea en Medio Oriente ingresará en
otro proceso de desgaste y de pérdida de credibilidad internacional.
En este escenario, Israel solo tiene dos opciones: Seguir matando
o negociar (como en Líbano) una retirada "honrosa" para sus tropas. Es que
buscan EEUU y las potencias aliadas, pero su concreción es impedida por los
grupos combatientes palestinos que no acatan ningún cese del fuego.
En consecuencia, en Gaza, y en términos de los resultados concretos
en la realidad, Israel ya empezó
a perder la guerra, y los muertos y el tiempo van marcando la agenda del
resultado.
Invencible en su potencial militar, la superpotencia israelí está
siendo vencida nuevamente por el factor humano. Una fuerza contra la cual
ningún ejército imperial del mundo salió victorioso.
Después de los repetidos exterminios en Gaza, ya no existe la
ciencia ficción. El aparato militar y la tecnología israelí pueden convertir en
puré cualquier cosa que se le ponga al paso, incluido cuerpos vivos de seres
humanos. Pero no puede con el costo político que dejan los cadáveres
interrogantes de los inocentes.
Nuevamente en el cementerio abierto de Gaza, están, todavía
calientes, los cuerpecitos despedazados y mutilados de decenas de niños
palestinos que nunca entendieron el sentido de la palabra Holocausto.
Y los costos políticos ya superan ampliamente a los avances de la
operación represiva de Israel en Gaza: Se cosechan más cadáveres que
resultados.
Y los F16, los misiles y las bombas inteligentes, los tanques y
baterías de última generación, los helicópteros Apache, las bombas de racimo y
el fósforo blanco para despellejar pieles palestinas, tienen su limite en los
muertos y la destrucción que generan.
Y ya empezaron a perder nuevamente la guerra en la escena del
crimen.
|
|