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Sistemas de seguridad insuficientes. Algo tendríamos
que aprender de Nicolás
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Estoy seguro de que a Francisco Nicolás Gómez lo ha traicionado
su edad y su aspecto aniñado. De haber sido alguien con cuarenta años y de
aspecto más curtido, estoy convencido de que no hubiera acabado en manos de la
policía con tanta facilidad. Es evidente que el tipo sabe manejarse en
situaciones complicadas; no es sencillo colarse en todos los lugares que se colaba,
pero ojo, no solo colarse en los sitios, sino acabar sentado al lado de la
gente más insospechada para acabar haciéndose la foto de rigor que luego
utilizaba para sus engaños de carácter económico.
Sistemas de seguridad insuficientes
¿Cómo lo conseguía? Eso es algo que no ha trascendido pero que
creo que se debería de estudiar, mucho más que el delito o el intento de delito
de estafa que ha intentado cometer aprovechando sus «supuestos» contactos en
las altas esferas. No digo que haya que dejar de lado la estafa, pero lo otro
tiene mucha miga.
Si la policía (o a quien le corresponda) se limita a imputarlo
en un simple delito de estafa sin tener en cuenta su variopinta e increíble
labor para colarse en los lugares de «alta» seguridad, estará perdiendo una
ocasión de oro para mejorar esos sistemas que han demostrado ser más que
deficientes. No parece lógico que alguien, además con el aspecto de niño bueno
de Nicolás, haya podido acreditar lo necesario para asistir a tales eventos sin
levantar sospechas.
Además,
cuando uno ve las fotos, lo primero que piensa es que son montajes de photoshop
por lo increíbles que parecen. ¿Cómo ha sido posible? Que se lo pregunten;
incluso podría ser interesante que lo contrataran como asesor de seguridad como
hacen con algunos hackers.
Lamento el mal uso que ha intentado dar a sus habilidades, pero
no puedo dejar de admirar la forma en que, reiteradamente, se ha estado colando
en las altas esferas.
Un crack total.
Ramón Cerdá
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