|
Bolsas de plástico, otra gran mentira.
|
Hace cinco años (sí, ya han pasado cinco años), cuando
prohibieron lo de que «regalaran» las bolsas de plástico en los supermercados,
escribí un artículo criticando la medida con distintos argumentos.
Por lo visto, según los últimos estudios, los defensores de la
medida de prohibir las bolsas de plástico podrían estar completamente
equivocados y eso me daría la razón en lo que ya dije:
1.- En Estados Unidos la alternativa a las bolsas de plástico
son las de papel, y estas rara vez se reutilizan o reciclan, con lo cual, el
coste ambiental de su producción acaba siendo más dañino para el medio ambiente
que las de plástico.
2.- La Agencia Medioambiental británica dice que habría que reutilizar
una bolsa de algodón hasta un total de 131 veces para que acabara siendo más
beneficiosa para el medio ambiente que las de plástico. O sea, que tendríamos
que ir con la misma bolsa a la compra más de siete años (compra semanal). ¿A
alguien le duran tanto las bolsas?
3.- Ojo, el cálculo anterior está hecho con el supuesto de que
las bolsas de plástico no se reutilicen como bolsas de basura, porque si se
reutilizan, su impacto final es mucho menor del calculado. Personalmente las
reutilizo todas y al final acaban siendo bolsa de basura.
4.- Lo mejor de todo (o lo peor según se mire) es que las bolsas
reciclables son un peligro para la salud, y es algo muy lógico. Se usan para
comprar de todo, lo mismo productos de limpieza tóxicos que pescado, y rara vez
son lavadas, y si se lavan... pues ya tenemos más impacto ecológico y por lo
tanto otra desventaja frente a las de plástico. El caso es que al no lavarlas
acumulan bacterias que se transmiten a los nuevos alimentos en la siguiente
compra. Después de haber sido prohibidas en San Francisco en 2007, se observó
que se incrementaron las visitas a urgencias en asuntos relacionados con la
contaminación alimentaria. Según un estudio de la universidad de Arizona, la
mayoría de las bolsas reutilizables contenían bacterias coliformes y un 8% la
famosa E.Coli.
Ramón Cerdá
|