Tras 48 horas detenido, dos noches en el calabozo de la Guardia
Civil en Tres Cantos y una larga jornada en la Audiencia Nacional, Mario Conde
escuchó el pasado miércoles las palabras que no quería volver a oír, ésas que le
devolvían a prisión ocho años después. El ex banquero, sorprendido, no
daba crédito. «Es una injusticia», se quejó al funcionario que le comunicó
la mala nueva pasadas las siete de la tarde.
Pero el estupor del ex presidente de Banesto –investigado ahora
por el supuesto blanqueo de más de trece millones de euros en los últimos 15
años– fue en aumento cuando se enteró de que le trasladaban a la prisión de
Soto del Real (Madrid). «¿Por qué no voy a Alcalá-Meco?», preguntó contrariado
según ha podido saber LA RAZÓN.
«Yo siempre he ido a Alcalá-Meco», pretextó Conde, intentando
evitar su traslado al centro penitenciario de Soto del Real y haciendo valer
sus galones en la cárcel de Alcalá-Meco, donde cumplió sus dos condenas por los
casos «Argentia Trust» y «Banesto» envuelto en recurrentes sospechas de
beneficiarse de un trato de privilegio.
«Puedo demostrar que todo es legal», se defendió el ex banquero
intentado resistirse a lo inevitable: su salida de la Audiencia Nacional en
furgón camino de Soto del Real. Y mientras el funcionario del
Juzgado de Instrucción número 1 le explicaba que la resolución judicial ya
estaba cursada a ese centro penitenciario, para la puesta a disposición del
preso preventivo, y no había nada que hacer, Conde aún musitó un último desahogo,
resignado ya a lo inevitable. «A ver si el señor Pedraz me escucha...».
Rutina carcelaria
Además de privarle de una rutina carcelaria a la que ya se
acostumbró durante años, su traslado a Soto del Real –a casi 50 kilómetros
de Madrid frente a los 35 de Alcalá-Meco– supone para Conde estar un poco más
alejado de su lugar de residencia y de su círculo íntimo con vistas a las
posibles visitas que pueda recibir durante su estancia en la cárcel.
Además, añaden las fuentes consultadas, el perfil de los internos de Soto del
Real no es el mismo que el que presentan los de la prisión donde ya estuvo
cumpliendo condena.
Las sospechas sobre un posible trato de favor a Conde en
Alcalá-Meco alcanzaron su punto álgido en agosto de 2004, cuando la
entonces directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo,
destituyó al responsable del centro penitenciario para atajar esas deferencias.
Y es que, según destapó una investigación interna, el ex presidente de Banesto
recibía más comunicaciones que el resto de los presos (seis al mes, de unas
tres horas, frente a una de los demás y de sólo hora y media de duración) y
disfrutaba de un régimen de visitas «notablemente más amplio».
Actitud evasiva
El que fuera ex banquero de moda en los años 80 enfiló
finalmente el camino hacia el centro penitenciario, «cabreado pero tranquilo» –como
explicó posteriormente su abogado, Ignacio Peláez–, aunque aliviado
por la decisión del juez Pedraz de no enviar a prisión a ninguno de sus hijos.
Conde había sido conducido en furgón por la Guardia Civil a la
Audiencia Nacional a primera hora de la mañana desde la comandancia de Tres
Cantos. Entró en la sede del tribunal aparentemente tranquilo, según
testigos presenciales, y en todo caso mucho más que el resto de los
investigados. «Se le notaba que no era su primera vez», comentaban después.
De los siete detenidos que pasaron el pasado miércoles a
disposición judicial (el otro arrestado, Fernando Guasch, yerno de Conde,
recuperó la libertad tras los registros practicados dos días antes) fue el último
en declarar ante el magistrado.
La jornada se preveía maratoniana, pero como varios de ellos se
acogieron a su derecho a guardar silencio, al ex presidente de Banesto le llegó
el turno a última hora de la mañana. Las horas de espera en el calabozo de
la Audiencia debieron hacer mella en él, pues en su declaración judicial no se
mostró tan seguro, según las fuentes consultadas. Pese a la insistencia de
la fiscal Elena Lorente, Conde parecía empeñado en retrotraerse a la época
de Banesto, sin dar explicaciones sobre el origen del dinero bajo sospecha, una
actitud evasiva que terminó desbaratando el interrogatorio.
El instructor le inquirió en un momento dado sobre la procedencia
de los ingresos que le permitían mantener su alto tren de vida (un pazo con guardeses,
unas fincas en Mallorca, un chófer, una lujosa vivienda en Madrid, etc). Pero, según
testigos presenciales, el ex banquero se limitó a repetir que es capaz de
demostrar el origen lícito de esos trece millones.
Ante esa persistente actitud, la representante de la Fiscalía
Anticorrupción tiró la toalla y decidió dar por concluido su interrogatorio,
una actitud que la defensa de Conde interpretó como una victoria resultado de
los presumibles escasos indicios delictivos contra su cliente. En
consecuencia, la declaración del principal investigado de la «operación Fénix»
fue mucho más breve de lo esperado, apenas 40 minutos.
Al término de su comparecencia, la fiscal de Anticorrupción
solicitó al juez que acordase la prisión provisional del ex banquero por riesgo
de destrucción de pruebas y de fuga, una medida a la que se opuso su
abogado, que recordó que su defendido siempre cumplió escrupulosamente,
mientras cumplió condena, con los permisos penitenciarios concedidos y, además,
tras año y medio de investigación y los registros practicados por la Guardia
Civil tampoco existía, en su opinión, ningún riesgo de que destruyese pruebas.
Desde ese momento, poco antes de las dos de la tarde, a Mario
Conde ya sólo le quedaba esperar pacientemente en los calabozos la resolución
del magistrado sobre las medidas cautelares solicitadas por Anticorrupción.
El juez convocó a los letrados de los investigados a media tarde para darles
traslado del auto. Y aunque los inevitables retrasos con las notificaciones a
los abogados demoraron más de una hora que el contenido de la resolución se
hiciera pública, finalmente Mario Conde escuchó lo que no pensaba volver a oír.
Su
ingreso en prisión. Y, encima, a Soto del Real.
Leer más: Mario Conde: «¿Por qué no voy a Alcalá-Meco?»
http://www.larazon.es/economia/mario-conde-por-que-no-voy-a-alcala-meco-AF12423012?sky=Sky-Abril-2016#Ttt1MtcoCNRMNQfF
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