El rescate de las autopistas. La impunidad de las
grandes inversiones
por Ramón
Cerdá
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Si usted va a montar una empresa y necesita financiación, se va
a encontrar con todos los problemas del mundo imaginables (incluso con los que
nunca había imaginado o siquiera soñado). Si tiene suerte y consigue la
financiación deseada, puede que se cumpla aquello de «cuidado con lo que deseas porque
puede que lo consigas», y se encuentre ante un caramelo
envenenado que acabe con todo su patrimonio. Es lo que ocurrirá si ha avalado
el préstamo (que seguro que habrá sido así salvo que usted sea un potentado) y
el negocio no le ha ido bien. ¿Y por qué no tiene que irle bien?, se
preguntará. Bueno, yo le deseo toda la suerte del mundo, pero tenga en cuenta,
y no es por desanimar, que las estadísticas dicen que más del setenta por
ciento de las empresas no superan los cuatro años de vida. Ahora bien, imagine
que usted maneja una gran empresa con un potencial brutal de inversión. En ese
caso será más que probable que consiga, no solo financiación, sino multitud de
facilidades e incluso subvenciones a fondo perdido. Pero no termina ahí la
cosa; cuando la inversión esté acabada y en marcha, usted habrá montado un
monstruo que no se podrá esconder debajo de la alfombra, y si no funciona como
estaba previsto, igual no pasa nada porque lo van a acabar rescatando. Es lo que
pasó con los bancos y es lo que ahora proponen con el rescate de las
autopistas.
¿Debemos permitir el rescate de las autopistas?
¿Y qué pasa si no las rescatan? ¿Las cerramos y esperamos a que
la naturaleza acabe con ellas como las pirámides incas? ¿Se puede permitir que
una inversión como esa acabe abandonada como tantas exposiciones mundiales o
sedes olímpicas? Se podría hacer, claro está, pero hay que valorar muchas cosas
y lo normal es que el rescate de las autopistas con dinero público (nuestro)
acabe siendo una realidad necesaria. Pero entonces, ¿dónde quedan las
responsabilidades empresariales? ¿Dónde quedaron las de los bancos que después
de sangrarnos a diario les tuvimos que pagar las facturas del quirófano?
Complejo, cuando entramos en intereses generales, sean estos reales o
imaginarios, todo se complica. En este tipo de macroinversiones también se
cumple aquel otro adagio de «si debes cien mil euros tienes un problema, pero
si debes cien millones de euros, el que tiene el problema es tu acreedor».
¿Qué opina? ¿Sí al rescate de las autopistas, o no al rescate de
las autopistas?
Lo que nos costará el rescate de las autopistas
El ministro de Fomento anunció que el Estado asumiría las nueve
autopistas de peaje que están en quiebra. Se habla (pero puede ser mucho más)
de seis mil millones de euros.
Ramón Cerdá
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