SEMÁFORO ROJO Y BOFETADA
A LA DIRECCIÓN GENERAL DE LA POLICÍA. SE HA HECHO PÚBLICO POR LA DIRECCIÓN
GENERAL DE LA POLICÍA LA IMPLANTACIÓN DE UN PROGRAMA, QUE DICEN LA POLICÍA
ESPAÑOLA ES LA PRIMERA EN APLICAR, QUE SE LLAMA VERIPOL Y ESTÁ DESTINADO A DESCUBRIR
LAS DENUNCIAS FALSAS.
Semáforo
rojo y bofetada a la Dirección General de la Policía. Se ha hecho público por
la Dirección General de la Policía la implantación de un programa, que dicen la
policía española es la primera en aplicar, que se llama Veripol y está
destinado a descubrir las denuncias falsas. Al parecer se refiere solo a
denuncias de robos o robos con fuerza y no está científicamente reconocido como
una prueba indubitada por la que se pueda acusar a nadie de haber cometido ese
delito. A los miembros de este consejo de redacción nos ofrece serias dudas
este sistema. Al parecer se trata de un estudio de 1.000 denuncias (se
desconoce en cuantas comisarías y la ubicación de las mismas pero es una
muestra insignificante), y aplicando un programa creado sobre ellas el sistema
detecta presuntas denuncias falsas por la reiteración de determinadas palabras
que se repiten asiduamente en las mismas. Sabemos que las denuncias se formulan
de palabra por las personas, que unas tienen más o menos cultura y capacidad de
expresarse, y que es el agente que toma la denuncia quien escucha y TRANSCRIBE la denuncia, en ningún caso
literalmente, sino usando sus propias palabras y terminología. Ni aunque
fuera una transcripción literal esto tiene ningún elemento científico objetivo
para determinar cuándo una denuncia puede ser cierta o falsa, y es grave, con
una “herramienta” tan aleatoria como esta, calificar de denuncia falsa una
comparecencia de una persona en comisaría. ¿Qué se pretende con esto? Lo mismo
que con otras denuncias de asuntos leves de los que se desconoce autor:
archivarlas directamente y sacarlas de las estadísticas. Es un instrumento más
al servicio de los “palotes” por los que vive la Policía sin que importe poner
en duda denuncias que pueden ser ciertas y que, o por la redacción de quienes
reciben las denuncias, o por nerviosismo o falta de capacidad expresiva o
cultura de la persona denunciante, pueden aparecer como denuncias falsas en
este invento inútil que no sirve para nada a la ciudadanía. Más bien es una
muestra de falta de rigor, abuso de autoridad y falta de respeto a quienes
acuden a denunciar. Uno más.
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