El Pensador
«La lotería funciona como metáfora de este mundo
conformista de supuestas posibilidades al alcance de todo el mundo. Con la
suerte en la lotería cualquiera puede ganar y acceder al tren de vida de los
ricos. Que la probabilidad sea escasa resulta secundario: lo que cuenta es que
hay, efectivamente, alguna posibilidad y que, por tanto, se puede alimentar la
ilusión. Como dice Balzac en 'La rabouillenuse' a propósito de la lotería
semanal, mientras el jugador espera el sorteo, el billete de lotería le ha hecho
feliz durante cinco días de la semana y le ha entregado idealmente todas las
maravillas de la civilización:
'Esta pasión, tan universalmente condenada, no ha sido nunca objeto de estudio. Nadie ha visto en ella el opio de la miseria. Acaso la lotería, el hada más poderosa del mundo, no alimenta esperanzas mágicas? El gira de la ruleta, que hacía vislumbrar a los jugadores enormes cantidades de oro y objetos de goce, no duraba más que un destello: en cambio la lotería daba cinco días de existencia a ese destello. ¿Cuál es la potencia social que a cambio de cuatro chavos puede haceros felices durante cinco días y entregaros ídealmente todas las maravillas de la civilización?.'
Siempre hay alguien a quien le toca el premio, y la posibilidad se realiza, mostrando que el azar puede beneficiar a cualquiera y, en su caso, corregir la distribución aleatoria de los individuos en la escala social. El sueño del enriquecimiento funciona como un consuelo. Así los jugadores de azar alimentan la ilusión de la movilidad vertical y de la igualdad de oportunidades.
[...]
La lotería, además, transmite la idea de que la riqueza no es fruto del trabajo colectivo sino algo que está ahí, disponible, sin que importe cuál sea su origen, y susceptible de ser apropiado individualmente –como ocurre también con la operación especulativas o las grandes estafas-. Este significado metafórico se acentúa cuando las sumas que se pueden ganar con la lotería dejan de ser sumas modestas y alcanzan dimensiones desmesuradas».
Mejor con menos. Necesidades, explosión consumista y crisis ecológica (2009)
[Extracto del libro escrito por Joaquim Sempere]
'Esta pasión, tan universalmente condenada, no ha sido nunca objeto de estudio. Nadie ha visto en ella el opio de la miseria. Acaso la lotería, el hada más poderosa del mundo, no alimenta esperanzas mágicas? El gira de la ruleta, que hacía vislumbrar a los jugadores enormes cantidades de oro y objetos de goce, no duraba más que un destello: en cambio la lotería daba cinco días de existencia a ese destello. ¿Cuál es la potencia social que a cambio de cuatro chavos puede haceros felices durante cinco días y entregaros ídealmente todas las maravillas de la civilización?.'
Siempre hay alguien a quien le toca el premio, y la posibilidad se realiza, mostrando que el azar puede beneficiar a cualquiera y, en su caso, corregir la distribución aleatoria de los individuos en la escala social. El sueño del enriquecimiento funciona como un consuelo. Así los jugadores de azar alimentan la ilusión de la movilidad vertical y de la igualdad de oportunidades.
[...]
La lotería, además, transmite la idea de que la riqueza no es fruto del trabajo colectivo sino algo que está ahí, disponible, sin que importe cuál sea su origen, y susceptible de ser apropiado individualmente –como ocurre también con la operación especulativas o las grandes estafas-. Este significado metafórico se acentúa cuando las sumas que se pueden ganar con la lotería dejan de ser sumas modestas y alcanzan dimensiones desmesuradas».
Mejor con menos. Necesidades, explosión consumista y crisis ecológica (2009)
[Extracto del libro escrito por Joaquim Sempere]
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