Fabián se entusiasmaba mientras
ensayaba una vez más su discurso para la muchedumbre que se presentaría mañana.
Él había deseado siempre prestigio y poder y ahora sus sueños iban a hacerse
realidad. Él era un artesano que trabajaba con plata y oro, haciendo joyería y
ornamentos, pero estaba descontento con tener que trabajar para vivir. Él
necesitaba entusiasmo, un desafío, y su plan estaba listo para
comenzar.
Por generaciones la gente utilizó el
sistema del trueque. Un hombre mantenía a su propia familia proporcionando todas
sus necesidades o bien se especializaba en un comercio particular. Los bienes
excedentes de su propia producción, los intercambiaba por los excedentes de
otros.
El día del mercado había sido siempre
ruidoso y polvoriento, sin embargo la gente deseaba los gritos y los saludos, y
disfrutaba especialmente el compañerismo. Solía ser un lugar feliz, pero ahora
había demasiada gente, demasiados discutiendo. No había tiempo para charlar, se
hacía necesario un sistema mejor.
Generalmente, la gente había sido
feliz, y gozó de los frutos de su trabajo.
En cada comunidad un gobierno simple
había sido formado para cerciorarse de que las libertades y los derechos de cada
persona fueran protegidos y que no se forzara a ningún hombre hacer cualquier
cosa contra su voluntad por ningún otro hombre, o cualquier grupo de hombres.
Éste era el único propósito del gobierno y cada gobernador era apoyado
voluntariamente por la comunidad local que lo eligió.
Sin embargo, el día del mercado era
un problema que no podían solucionar. ¿Valía un cuchillo una o dos cestas de
maíz? Valía una vaca más que un carro... etcétera. A ninguno se le ocurría un
sistema mejor.
Fabián había anunciado, "tengo la
solución a nuestros problemas del trueque, e invito todos a una reunión pública
mañana."
El día siguiente sobre un escenario
en la plaza de la ciudad, Fabián explicó a todos el nuevo sistema que él llamó
"dinero". La idea sonaba bien. "¿cómo vamos a comenzar?" preguntó la
gente.
"El oro que uso en ornamentos y
joyería es un metal excelente. No se deslustra ni se enmohece, y durará muchos
años. Fundiré un poco de mi oro en monedas y llamaremos a cada moneda "un
dólar"
Él explicó cómo trabajarían sobre el
valor de las cosas, y que ese "dinero" sería realmente un medio para el
intercambio - un sistema mucho mejor que el trueque.
Uno de los gobernadores preguntó,
"algunas personas pueden encontrar oro y hacer las monedas para sí mismos", él
dijo.
"Eso sería de lo más injusto", Fabián
tenía preparada la respuesta. "Solamente las monedas aprobadas por el gobierno
pueden ser utilizadas, y éstas tendrán una marca especial estampada en ellas."
Esto parecía razonable y fue propuesto que se le de a cada hombre un número
igual de monedas. "Sólo yo merezco la mayoría," dijo el fabricante de velas.
"todos utilizan mis velas." "no", dijo el granjero, "sin alimentos aquí no hay
vida, nosotros tenemos que tener la mayor cantidad de monedas." Y la discusión
continuaba.
Fabian los dejó discutir por un rato
y finalmente dijo, "puesto que ninguno de ustedes puede llegar a un acuerdo, yo
sugiero que cada uno obtenga la cantidad que requiera de mí. No habrá límite, a
excepción de su capacidad de devolverlas. Cuanto más dinero cada uno obtiene,
más debe devolver al final del año.
"¿y qué pago recibe usted?" la gente
le preguntó a Fabián.
"Puesto que estoy proporcionando un
servicio, es decir, la fuente de dinero, me dan derecho al pago por mi trabajo.
Digamos que para cada 100 monedas que ustedes obtienen, me devuelven 105 por
cada año que ustedes mantienen la deuda. Los 5 serán mi pago, y llamaré a este
pago, "interés".
No parecía haber otra manera, y
además, el 5% parecía poca cantidad para un año. "Vuelvan el viernes próximo y
comenzaremos."
Fabian no perdió ni un minuto. Él
hizo monedas día y noche, y al final de la semana ya estaba listo. Hizo cola la
gente para entrar en su tienda, y después de que las monedas fueran examinadas y
aprobadas por los gobernadores el sistema comenzó. Algunos pidieron solo unas
pocas monedas y se fueron a intentar el nuevo sistema.
Encontraron que el dinero era
maravilloso, y pronto valoraron todo en monedas o dólares de oro. El valor que
pusieron en cada cosa fue llamado un "precio", y el precio dependió
principalmente de la cantidad de trabajo requerida para producir el bien. Si
tomaba mucho trabajo el precio era alto, pero si era producido con poco esfuerzo
el precio era bajo.
En una ciudad vivía Alan, que era el
único relojero. Sus precios eran altos porque los clientes estaban ansiosos de
pagar para obtener uno de sus relojes.
Después otro hombre comenzó a hacer
los relojes y los ofreció en un precio mas bajo para conseguir ventas. Alan fue
forzado para bajar sus precios, y luego todos los precios se vinieron abajo, de
modo que ambos hombres se esforzaran en dar la mejor calidad en el precio mas
bajo. Ésta era libre competencia genuina.
Era igual con los constructores,
operadores del transporte, contables, granjeros, de hecho, sucedió en todas las
empresas. Los clientes elegían siempre lo que se sentían era el mejor trato -
tenían libertad de elección. No había protección artificial tal como licencias o
tarifas para evitar que la gente entre en el negocio. El estándar de vida se
elevó, y después de poco tiempo la gente se preguntaba cómo habían hecho antes
sin "el dinero".
Al fin del año, Fabián salió de su
tienda y visitó a toda la gente que le debía las monedas. Algunos tenían más de
lo que pidieron prestado, pero esto significaba que otros tenían menos, puesto
que solo había cierto número de monedas distribuidas inicialmente. Los que
tenían más de lo que pidieron prestado devolvieron lo prestado más 5 adicionales
cada 100 unidades, pero de todos modos, luego de devolver sus monedas, tuvieron
que pedir prestado nuevamente para poder continuar.
El resto, descubrieron por primera
vez que habían adquirido una deuda. Antes de prestarles más dinero, Fabián tomó
una hipoteca sobre algunos de sus activos, y cada uno salió una vez más a
intentar conseguir esas 5 monedas extra que siempre parecían tan difíciles de
encontrar.
Nadie se dio cuenta, que en el
conjunto, el país nunca podría salir de su deuda hasta que todas las monedas
fueran devueltas, pero, aunque se devolvieran todas las monedas, estaban siempre
esos 5 adicionales en cada 100 que nunca habían sido puestos en circulación.
Nadie más que Fabian podía ver que era imposible pagar el interés - el dinero
adicional nunca había sido puesto en circulación, por lo tanto a alguien siempre
le faltaba.
Era verdad que Fabián gastaba algunas
monedas, pero él por sí mismo no podía gastar tanto como el 5% de la economía
total del país. Había millares de personas y Fabián era solamente uno. Por otro
lado, él seguía siendo un orfebre viviendo una vida confortable.
En la parte posterior de su tienda
Fabián hizo una caja fuerte y la gente encontró conveniente dejar algunas de sus
monedas en ella como depósito de seguridad. Él cobraría un honorario pequeño
dependiendo de la cantidad de dinero, y la cantidad de tiempo que permanecía con
él. Él daba al dueño de las monedas, un recibo por cada depósito.
Cuando una persona iba a hacer
compras, no llevaba normalmente muchas monedas de oro. La persona le daba al
comerciante uno de los recibos de Fabian, según el valor de las mercancías que
deseaba comprar.
Los comerciantes reconocían el recibo
como genuino y lo aceptaban con la idea de llevarlo luego ante Fabián y recoger
la cantidad apropiada en monedas. Los recibos pasaron de mano en mano en vez de
transferir el oro en sí mismo. La gente tenía completa confianza en los
"recibos" - y los aceptaban como si fueran las monedas de oro.
Después de poco tiempo, Fabián notó
que era bastante raro encontrar que alguna persona le pidiera realmente sus
monedas de oro.
Él pensó: "aquí estoy en la posesión
de todo este oro y sigo teniendo que trabajar duro como artesano. No tiene
sentido. Hay docenas de personas que estarían contentas de pagarme el interés
por el uso de este oro, que esta depositado aquí y que sus dueños raramente
reclaman.
Es verdad, el oro no es mío - pero
está en mi posesión, que es todo lo que importa. Ya no necesito hacer más
monedas para prestar, puedo utilizar algunas de las monedas almacenadas en la
caja fuerte."
Al principio él era muy cauteloso,
prestando unas pocas monedas cada vez, y sólo cuando tenía amplia seguridad de
su devolución. Pero gradualmente tomó confianza, y prestó cantidades más
grandes.
Un día, un préstamo muy grande fue
solicitado. Fabian sugirió, "en vez de llevar todas estas monedas podemos hacer
un depósito en su nombre, y entonces le daré varios recibos al valor de las
monedas." El prestatario aceptó la propuesta y se fue con un manojo de recibos .
Él había obtenido un préstamo, sin embargo el oro continuaba estando en la caja
fuerte de Fabián. Después de que el cliente se fuera, Fabián sonrió. Él podía
tener la torta y encima comerla también. Él podría "prestar" el oro y todavía
mantenerlo en su posesión.
Los amigos, los extranjeros e incluso
los enemigos necesitaron fondos para realizar sus negocios - y siempre y cuando
podían asegurar la devolución, podían pedir prestado tanto como necesitaran.
Simplemente escribiendo recibos Fabián podía "prestar" tanto dinero como varias
veces el valor del oro en su caja fuerte, y él ni siquiera era el dueño del
dinero en ella. Todo era seguro siempre y cuando los dueños verdaderos no
pidieran su oro y la confianza de la gente fuera mantenida.
Él mantenía un libro mostrando los
débitos y los créditos de cada persona. De hecho, el negocio de préstamos
demostraba ser muy lucrativo.
Su posición social en la comunidad
aumentaba casi tan rápidamente como su riqueza. Él se estaba convirtiendo en un
hombre de importancia, él requería respeto. En materias de finanzas, su palabra
era como una declaración sagrada.
Los orfebres de otras ciudades se
hicieron curiosos sobre sus actividades y un día lo llamaron para verlo. Él les
dijo que era lo que hacía, pero tuvo mucho cuidado en remarcar la necesidad de
mantener el secreto.
Si su plan fuera expuesto, el esquema
fallaría, así que acordaron formar su propia alianza secreta.
Cada uno volvió a su propia ciudad y
comenzó a operar como Fabián les había enseñado.
La gente ahora aceptaba los recibos
como algo tan bueno como el oro en sí mismo, y muchos recibos fueron depositados
para mantenerlos seguros de la misma manera que las monedas. Cuando un
comerciante deseaba pagar a otro mercancías, él escribía simplemente una nota
corta dirigida a Fabián en la que le mandaba transferir el dinero de su cuenta a
la del segundo comerciante. Le tomaba a Fabián solamente algunos minutos para
ajustar los números en el libro.
Este nuevo sistema llegó a ser muy
popular, y las notas con la instrucción de transferencia fueron llamadas
"cheques".
Tarde una noche, los orfebres
tuvieron otra reunión secreta y Fabián les reveló un nuevo plan. Convocaron el
día siguiente una reunión con todos los gobernadores, y Fabián comenzó. "los
recibos que nosotros emitimos han llegado a ser muy populares. Sin duda, la
mayoría de usted los gobernadores los está utilizando y los encuentran muy
convenientes." Los gobernadores asintieron. Estaban de acuerdo, pero se
preguntaban cuál era el problema, "bien", continuó Fabián, "algunos recibos está
siendo copiados por falsificadores. Esta práctica se debe parar."
Los gobernadores se alarmaron. "¿qué
podemos hacer?" preguntaron. Fabián contestó, " mi sugerencia es: primero que
todo, hagamos que sea el trabajo del gobierno el imprimir nuevas notas en un
papel especial con diseños muy intrincados, y entonces cada nota se firmará por
el principal gobernador.
Las notas las llamaremos "billetes".
Los orfebres estaremos felices de pagar los costos de la impresión, pues nos
ahorrará mucho del tiempo que pasamos escribiendo nuestros recibos". Los
gobernadores razonaron, "bien, es nuestro trabajo proteger a la gente contra
falsificadores y su consejo parece ciertamente una buena idea." Acordaron
entonces imprimir los "billetes".
"En segundo lugar," dijo Fabian ,
"algunas personas han hecho excavaciones y están produciendo sus propias monedas
de oro. Sugiero que emitan una LEY, para que cualquier persona que encuentre
pepitas de oro deba entregarlas. Por supuesto, será pagado con billetes y
monedas."
La idea sonaba bien, y sin pensarlo
mucho, imprimieron una gran cantidad de nuevos y flamantes billetes. Cada
billete tenía un valor impreso sobre el - $1, $2, $5, $10 etc. Los pequeños
costos de impresión fueron pagados por los orfebres.
Los billetes eran mucho más fáciles
de transportar y rápidamente fueron aceptados por la gente. A pesar de su
popularidad, estos billetes eran usados sólo para el 10% de las transacciones.
Los registros mostraban que el sistema de cheques era usado para el 90% de todos
los negocios.
La siguiente etapa del plan comenzó.
Hasta ahora, La gente le estaba pagando a Fabian por guardar su dinero. Para
atraer mas dinero a la caja fuerte, Fabian se ofrecio a pagar a los depositantes
un 3% de interés sobre los depósitos.
La mayoría de la gente creía que él
estaba prestando ese dinero a los deudores al 5%, y su ganancia era el 2% de
diferencia. Además, la gente no le preguntó mucho, ya que obtener el 3% era
mucho mejor que estar pagando para depositar el dinero en lugar
seguro.
La cantidad de ahorros creció, y con
el dinero adicional en las bóvedas, Fabian podía prestar $200, $300, $400 hasta
$900 por cada $100 en billetes y monedas que mantenía en depósito. Él debía ser
cuidadoso de no exceder este factor de 9 a 1, ya que una persona de cada diez,
le requería retirar el depósito para usar su dinero. Si no había suficiente
dinero disponible cuando alguien se lo requería, la gente hubiera comenzado a
sospechar, ya que las libretas de depósito mostraban exactamente cuanto habían
depositado.
Mas allá de esto, sobre los $900 en
asientos contables que Fabian había prestado escribiendo cheques él mismo, podía
demandar hasta $45 de interés, (45=5% de 900).
Cuando el préstamo más los intereses
eran devueltos ($945), los $900 se cancelaban en la columna de débitos y Fabián
se guardaba los $45 de beneficio. Por lo tanto, él estaba más que contento de
pagar $3 de interés sobre los $100 depositados originalmente, los cuales nunca
habían salido de la bóveda. Esto significaba, que por cada $100 que mantenía en
depósito, era posible obtener un 42% de ganancia, mientras la mayoría de la
gente pensaba que el sólo ganaba el 2%. Los otros orfebres estaban haciendo la
misma cosa. Creaban dinero de la nada, sólo con su firma en un cheque, y encima
le cargaban un interés.
Es cierto, ellos no estaba haciendo
billetes, el Gobierno imprimía los billetes y se los entregaba a los orfebres
para distribuirlos. El único gasto de Fabian era el pequeño costo de impresión.
Sin embargo, ellos estaban creado dinero de "crédito", que salía de la nada y le
cargaban intereses adicionalmente. La mayoría de la gente creía que la provisión
del dinero era una operación del Gobierno. También creían que Fabian estaba
prestando el dinero que alguien mas había depositado, pero había algo extraño:
ningún depósito decrecía cuando Fabian entregaba un préstamo. Si todos hubieran
tratado de retirar sus depósitos al mismo tiempo, el fraude hubiera sido
descubierto.
No había ningún problema si alguien
pedía un préstamo en monedas o en billetes. Fabian simplemente le explicaba al
Gobierno que el incremento de la población y de la producción requería más
billetes, y los obtenía a cambio del pequeño costo de impresión.
Un día, un hombre que solía pensar
mucho fue a ver a Fabían. "Esta carga del interés está mal", le dijo. "Por cada
$100 que usted presta, está pidiendo $105 en devolución. Los $5 extra no pueden
ser pagados nunca ya que no existen.
Muchos granjeros producen comida,
muchos industriales producen bienes, y así hacen todos los demás, pero sólo
usted produce dinero. Suponga que existimos sólo dos empresarios en todo el
país, y que nosotros empleamos al resto de la población. Le pedimos prestado
$100 cada uno, pagamos $90 en salarios y gastos y nos quedamos con $10 de
ganancia (nuestro salario). Eso significa que el poder adquisitivo total, de
toda la población, es $90 + $10 multiplicado por dos, esto es $200. Pero, para
pagarle a usted, nosotros debemos vender toda nuestra producción por $210. Si
uno de nosotros tiene éxito y vende todo lo que produce por $105, el otro hombre
sólo puede esperar obtener $95. (Si el poder adquisitivo total es $205, y uno de
los empresarios vende $105, solo quedan $95 en manos de la gente para comprarle
al otro empresario). Además, parte de los bienes no pueden ser vendidos, ya que
no quedaría más dinero en manos de los consumidores para
comprarlos.
Vendiendo por $95, el segundo
empresario todavía le debería a usted $10 y sólo podrá pagarle pidiendo más
prestado. “Este sistema es imposible"
El hombre continuó, "Seguramente
usted debería emitir $105, esto es 100 para mi y 5 para que gaste usted. De esta
manera habría $105 en circulación, y la deuda puede ser pagada."
Fabian escuchó en silencio y
finalmente dijo, "La Economía Financiera es un tema muy profundo, amigo, toma
años de estudio. Déjeme a mí preocuparme por estos asuntos, y usted preocúpese
por los suyos. Usted debe volverse más eficiente, incremente su producción, baje
sus gastos y conviértase en un mejor empresario. Siempre estaré dispuesto a
ayudarlo en esos asuntos."
El hombre su fue sin estar
convencido. Había algo mal con las operaciones de Fabian, y el sentía que su
pregunta había sido contestada con evasivas.
Sin embargo, la mayoría de la gente
respetaba la palabra de Fabian - "Él es el experto, los otros deben estar
equivocados. Miren como se desarrolló el país, cómo se incrementó nuestra
producción - mejor dejemos que él maneje estos temas."
Para pagar los intereses sobre los
préstamos que habían pedido, los comerciantes tuvieron que elevar sus precios.
Los asalariados se quejaron de que
los sueldos eran muy bajos (al subir los precios podían comprar menos bienes con
su salario). Los empresarios se negaron a pagar mayores salarios, diciendo que
quebrarían. Los granjeros no podían obtener precios justos por su producción.
Las amas de casa se quejaban de que los alimentos estaban muy
caros.
Y finalmente algunas personas se
declararon "en huelga", algo de lo que nunca se había oído hablar antes. Otros
habían sido golpeados por la pobreza, y sus amigos y parientes no tenían dinero
para ayudarlos. La mayoría había olvidado la riqueza real alrededor de ellos -
las tierras fértiles, los grandes bosques, los minerales y el ganado. Sólo
podían pensar en el dinero, que siempre parecía faltar. Pero nunca cuestionaron
el sistema bancario. Ellos creían que el gobierno lo manejaba.
Algunos pocos habían juntado su
dinero y formaron compañías de préstamos o "compañías financieras". Podían
obtener 6% o más, de esta manera, lo que era mejor que el 3% que pagaba Fabian,
pero solo podían prestar el dinero que poseían - no tenían el poder de crear
dinero de la nada simplemente escribiendo asientos contables en un
libro.
Estas compañías financieras
preocuparon a Fabián y a sus amigos, Así que rápidamente formaron sus propias
compañías. En la mayoría de los casos, compraron a las otras compañías antes de
que se pusieran en marcha. En poco tiempo, todas las compañías financieras les
pertenecían o estaban controladas por ellos.
La situación económica empeoró. Los
asalariados estaban seguros de que los patrones estaban teniendo mucha ganancia.
Los patrones decían que los trabajadores eran muy vagos y no estaban haciendo
honestamente su día de trabajo, y todos culpaban a todos los otros. Los
Gobernantes no pudieron encontrar una respuesta, y además, el problema inmediato
parecía ser combatir la creciente pobreza.
El Gobierno emprendió entonces
esquemas de beneficencia e hicieron leyes forzando a la gente a contribuir en
ellos. Esto hizo enojar a mucha gente, que habían creido siempre en la vieja
idea de ayudar al vecino de forma voluntaria.
"Estas leyes no son más que un robo
legalizado. Sacarle algo a una persona, contra su voluntad, mas allá del
propósito para el cual se usará, no es diferente de robar."
Pero cada hombre se sentía indefenso
y temía ir a la cárcel si no pagaba. Estos esquemas de beneficencia dieron algún
alivio en principio, pero al tiempo el problema de la pobreza se agravó
nuevamente y más dinero era necesario para la beneficencia. El costo de los
esquemas de beneficencia se elevó más y más y el tamaño del Gobierno
creció.
La mayoría de los gobernantes eran
hombres sinceros tratando de hacer lo mejor posible. A ellos no les gustaba
pedir más dinero de su pueblo (aumentar impuestos) y finalmente, no tuvieron
otra opción que pedir prestado a Fabian y sus amigos. No tenían idea de cómo
iban a hacer para devolverlo. La situación empeoraba, los padres ya no podían
pagar los maestros para sus hijos. No podían pagar doctores, y las empresas de
transporte estaban quebrando.
Uno por uno, el gobierno fue forzado
a tomar estos servicios por su cuenta. Maestros, doctores y muchos otros se
convirtieron en servidores públicos.
Muy pocos estaban satisfechos de su
trabajo en el Estado. Recibían un salario razonable, pero perdieron su
identidad. Se convirtieron en pequeños engranajes de una maquinaria
gigantesca.
No había espacio para la iniciativa
personal, muy poco reconocimiento para el esfuerzo, sus ingresos eran fijos, y
sólo se ascendía cuando un superior se retiraba o moría.
Desesperados, los gobernantes
decidieron pedir el consejo de Fabian. Lo consideraban muy sabio y parecía saber
cómo resolver asuntos de dinero. Fabian los escuchó explicar todos sus
problemas, y finalmente respondió, "Mucha gente no puede resolver sus problemas
por sí mismos - ellos necesitan a alguien que lo haga por ellos. Seguramente
ustedes estarán de acuerdo que la mayoría de la gente tiene el derecho a ser
feliz y a ser provista con lo básico para vivir. Uno de nuestros grandes dichos
es "Todos los hombres son iguales" - ¿No es cierto?"
Bien, la única manera de equilibrar
las cosas es tomar el exceso de riqueza de los ricos y darla a los pobres.
Introduzcan un sistema de impuestos.
Cuanto más un hombre tiene, más debe pagar. Recojan los impuestos de cada
persona según su capacidad, y den a cada uno según su necesidad. Las escuelas y
los hospitales deben ser gratuitas para los que no puedan permitírselos. "
Él les dio una larga charla sobre
grandes ideales y acabó diciendo: " Oh, a propósito, no se olviden que me deben
dinero . Han estado pidiendo prestado por mucho tiempo. Lo menos que puedo hacer
para ayudar, es, como una atención para ustedes, que sólo me paguen el interés.
Dejaremos el capital como deuda, solo paguen el interés."
Salieron, y sin hacer mucho análisis
sobre las filosofías de Fabian, introdujeron el impuesto graduado sobre la renta
- cuanto más usted gana, más alta es su imposición fiscal. A nadie le gustó
esto, pero, o pagaban los impuestos o iban a la cárcel.
Los nuevos impuestos forzaron a los
comerciantes nuevamente a subir sus precios. Los asalariados exigieron salarios
más altos lo que causó que muchas empresas cerraran, o que sustituyeran hombres
por maquinaria. Esto causó desempleo adicional y forzó al gobierno a introducir
más esquemas de beneficencia y más seguros de desempleo.
Se fijaron tarifas y se implementaron
otros mecanismos de protección para resguardar algunas industrias y que se
mantuvieran dando empleo. Algunas personas se preguntaban si el propósito de la
producción era producir mercancías o simplemente proporcionar empleo.
Mientras las cosas se ponían peores,
intentaron el control del salario, el control de precios, y toda clase de
controles. El gobierno intentó conseguir más dinero con un impuesto a las
ventas, aportes patronales, aportes salariales y toda clase de impuestos.
Alguien observó que en el camino desde la cosecha del trigo hasta la mesa de los
hogares, había cerca de 50 impuestos sobre el pan.
Los "expertos" se presentaron y
algunos eran elegidos para gobernar, pero después de cada reunión anual
aparecían sin soluciones, a excepción de la noticia de que los impuestos debían
ser "reestructurados", pero siempre, luego de las reestructuraciones la suma
total de impuestos aumentaba.
Fabian comenzó a exigir sus pagos de
interés, y una porción más grande y más grande del dinero de los impuestos era
necesaria para pagarlo.
Entonces vino la política partidaria
- la gente discutía sobre qué partido político podría solucionar lo mejor
posible sus problemas. Discutieron sobre las personalidades, idealismo, los
slogans, todo excepto el problema real. Los consejos deliberantes estaban en
problemas.
En una ciudad el interés de la deuda
excedió la cantidad de impuestos que se recaudaron en un año. En todo el país el
interés sin pagar siguió aumentando - se cargó interés sobre el interés sin
pagar.
Gradualmente, mucha de la riqueza
real del país fue comprada o controlada por Fabian y sus amigos y con ello vino
el mayor control sobre la gente. Sin embargo, el control no era todavía
completo. Sabían que la situación no sería segura hasta que cada persona fuera
controlada.
La mayoría de la gente que se oponía
al sistema era silenciada por presión financiera, o sufría el ridículo
público.
Para lograr esto, Fabian y sus amigos
compraron la mayoría de los periódicos, T.V. y las estaciones de radio. Y
seleccionaron cuidadosamente a la gente para operarlas. Muchas de estas personas
tenían un deseo sincero de mejorar el mundo, pero nunca se dieron cuenta cómo
los utilizaban. Sus soluciones se ocuparon siempre de los efectos del problema,
nunca de la causa.
Había varios periódicos - uno para el
ala derecha, uno para el ala izquierda, uno para los trabajadores, uno para los
patrones, etcétera. No importaba mucho en cual usted creyera, siempre y cuando
usted no pensara en el problema real.
El plan de Fabian casi estaba en su
terminación - el país entero le debía dinero a él. Con la educación y los
medios, él tenía el control de las mentes de la gente. Podían pensar y creer
solamente lo que él deseaba que pensaran. Los medios fijaban los temas y los
debates.
Una vez que un hombre tiene mucho más
dinero que el que puede gastar para sus placeres, ¿qué desafío queda para
excitarlo? Para aquellos con una mentalidad de clase dominante, la respuesta es
el poder - poder puro y completo sobre otros seres humanos. Colocaron idealistas
en los medios de comunicación y en el gobierno, pero los controladores reales
que Fabian buscaba eran los que tenían mentalidad de clase
dominante.
La mayoría de los orfebres se habían
dirigido por este camino. Conocían la sensación de gran abundancia, pero ya no
los satisfacía. Necesitaban desafíos y emoción, y el poder sobre las masas se
convirtió en el gran juego.
Creyeron que eran superiores a todos
los demás. "Es nuestro derecho y nuestro deber gobernar. Las masas no saben qué
es bueno para ellos. Necesitan ser dirigidos y organizados. Gobernar es nuestro
derecho de nacimiento."
A través del país Fabian y sus amigos
poseían muchas oficinas de préstamos. Es cierto que eran de propiedad privada y
de diferentes dueños. En teoría estaban en competencia unos con otros, pero en
realidad trabajaban juntos. Después de persuadir algunos de los gobernadores,
instalaron una institución que llamaron La Reserva Central de Dinero . Ni
siquiera usaron su propio dinero para hacer esto - crearon crédito contra una
parte de los depósitos de la gente.
Esta institución parecía regular la
fuente del dinero y ser una institución perteneciente al gobierno, pero
extrañamente, no se permitió a ningún gobernador o servidor público ingresar a
la Junta Directiva.
El gobierno dejó de pedir prestado
directamente de Fabián, pero comenzó a utilizar un sistema de Bonos contra la
Reserva Central de Dinero. La garantía ofrecida era el rédito estimado de los
impuestos del año próximo. Esto estaba en línea con el plan de Fabián - alejar
las sospechas de su persona y dirigir la atención hacia una aparente institución
del gobierno. Detrás de la escena, él todavía estaba en control.
Indirectamente, Fabián tenía tal
control sobre el gobierno que ellos estaban obligados a seguir sus
instrucciones. Él solía jactarse: "déjenme controlar el dinero de una nación y
no me importa quién haga sus leyes". No importaba mucho qué partido fuera
elegido para gobernar. Fabián tenía el control del dinero, la sangre vital de la
nación.
El gobierno obtuvo el dinero, pero el
interés fue cargado siempre en cada préstamo. Más y más se gastaba en esquemas
de beneficencia y en seguros de desempleo, y no pasó mucho tiempo antes de que
el gobierno encontrara difícil incluso de pagar el interés, sin hablar del
capital.
Pero todavía había gente que se
preguntaba: "El dinero es un sistema hecho por el hombre. Seguramente puede ser
ajustado para ponerlo al servicio de la gente, y no que la gente este al
servicio del dinero". Pero cada vez había menos personas que se hacían esta
pregunta y sus voces se perdieron en el loca búsqueda del dinero inexistente
para pagar el interés.
Los gobiernos cambiaron, los partidos
políticos cambiaron, pero las políticas de base continuaban. Sin importar qué
gobierno estaba en el "poder", la meta final de Fabián se acercaba más y más
cada año. Las políticas de la gente no significaban nada. La gente pagaba
impuestos al límite, no podían pagar más. Maduraba el momento para el movimiento
final de Fabián.
El 10% del dinero todavía estaba en
forma de billetes y monedas. Esto tenía que ser suprimido de manera tal de no
despertar sospechas. Mientras la gente utilizara efectivo, estaría libre para
comprar y vender como quisiera - la gente todavía tenía cierto control sobre sus
propias vidas.
Pero no era siempre seguro llevar
billetes y monedas. Los cheques no eran aceptados fuera del país, y por lo tanto
se buscó un sistema más conveniente. Fabian tenía de nuevo la respuesta. Su
organización le dio a cada uno una tarjeta plástica que mostraba el nombre de la
persona, la fotografía y un número de identificación.
En cualquier lugar donde esta tarjeta
fuera presentada, el comerciante telefoneaba a la computadora central para
controlar el crédito. Si tenía crédito, la persona podría comprar lo que desee;
hasta cierta cantidad.
Al principio, a la gente se le
permitió gastar una cantidad pequeña en crédito, y si esto se pagaba dentro del
mismo mes, no se cobraba ningún interés. Esto estaba muy bien para el
asalariado, pero ¿qué pasaría con los empresarios?. Ellos tenian que instalar
maquinaria, fabricar las mercancías, pagar los salarios etc., vender todas sus
mercancías y recién pagar el crédito. Si se excedían un mes, lo cargaban con un
1,5% por cada mes que la deuda era debida. Esto ascendía al 18% por año.
Los empresarios no tenían ninguna
opción más que agregar el 18% sobre el precio de venta. Pero todo este dinero o
crédito adicional (el 18%) no había sido prestado a nadie (no estaba en
circulación). En todo el país los empresarios tenían la imposible tarea de pagar
$118 por cada $100 que pidieron prestados - pero los $18 adicionales nunca
habían sido creados en el sistema. No existían.
Fabian y sus amigos aumentaron aún
más su posición social. Eran mirados como pilares de respetabilidad. Sus
declaraciones en finanzas y en economía eran aceptadas con convicción casi
religiosa.
Bajo la carga de impuestos cada vez
más altos, muchas pequeñas empresas se derrumbaron. Licencias especiales eran
necesarias para varias operaciones, de modo que las empresas restantes
encontraran muy difícil participar.
Fabian poseía y controlaba todas las
compañías grandes que tenían centenares de subsidiarias. Éstos parecían estar en
competencia unos con otros, sin embargo Fabian los controlaba a todos.
Eventualmente, todos los otros competidores fueron forzados a cerrar . Los
plomeros, los carpinteros, los electricistas y la mayoría de las industrias
pequeñas sufrieron el mismo destino - fueron tragados por las compañías gigantes
de Fabian que tenían protección del gobierno.
Fabian quería que las tarjetas
plásticas reemplazaran a los billetes y las monedas. Su plan era que cuando
todos los billetes fueran retirados, sólo los negocios que usaran el sistema de
tarjeta contra la computadora central podrían funcionar.
Él planeó que eventualmente alguna
gente perdería sus tarjetas y estaría entonces imposibilitada de comprar o
vender nada hasta que se le hiciera una prueba de identidad. El quería imponer
una Ley, que le daría el control total - una ley obligando a todos a tener su
número de identificación tatuado en la mano. El número sería visible sólo bajo
una luz especial, conectada a una computadora. Cada computadora estaría
conectada a la computadora central gigante y así Fabián podría saber todo sobre
todos.
A propósito, la terminología usada en
el mundo financiero para este sistema es "Encajes Bancarios".
La historia que usted ha leído es,
por supuesto, ficción. Pero si usted la encuentra preocupantemente cercana a la
realidad y quiere saber quién es Fabian en la vida real, un buen punto de
partida es un estudio de las actividades de los orfebres ingleses en siglos XVI
y XVII.
Por ejemplo, El Banco de Inglaterra
comenzó en 1694. El Rey Guillermo de Orange estaba en dificultades financieras
como resultado de una guerra con Francia. Los orfebres "le prestaron" 1,2
millones de libras (una cantidad impresionante en esos días) con ciertas
condiciones:
El tipo de interés iba a ser del 8%.
Debe recordarse que la Carta Magna indicaba que cobrar intereses era penado con
la muerte.
b. El rey debía conceder a los orfebres una
carta para el Banco que les daba el derecho de emitir crédito.
Antes de esto, sus operaciones de
emitir recibos por más dinero de el que tenían en depósito eran totalmente
ilegales. La carta del rey lo hizo legal.
En 1694 William Patterson obtuvo la
carta para El Banco de Inglaterra.
C. Marco
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