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miércoles, 20 de octubre de 2010

Culturas y Civilización

Culturas y Civilización

El reformista

BERNARDO RABASSA.- Presidente Club Liberal Español

La Alianza de Civilizaciones acaba de reunirse en Brasil, sin su principal valedor y financiador nuestro ínclito presidente Zapatero. Allí han destacado Lula da Silva .presidente de Brasil y Erdogán de Turquía, valedores del enriquecimiento de uranio de Irán. Hasta hoy parecía una solución al conflicto con Hillary Clinton y los USA, cuando no excesivamente asombrado he leído que Irán ofrece apoyo militar con sus barcos de guerra a las futuras “flotillas de la Paz” con dirección a Gaza.

Si uno sabe sumar y ve que el principal apoyo a la primera era turco, dos y dos son cuatro, y es el Islam quien lidera a través de esas dos naciones el ataque contra Israel. Sí eso llega a ocurrir, será el comienzo de una guerra formal en Oriente Medio y a lo peor una guerra mundial, pues el Islam por mucho que se empeñe Zapatero no es una civilización sino una Cultura en ocasiones, muy inculta, intransigente y violadora de los derechos humanos, por la mera aplicación a la vida ciudadana de su religión.

La Civilización en mi opinión, es solo aquella que defiende los derechos de los ciudadanos, procedente de la “civitas” romana.

Para comprender mejor este intricado problema y basándome en un artículo especializado sobre el tema de autor anónimo del” rincón del vago”! Curioso nombre! remitido por Silvia Schnessel, no hay como recurrir a Francis Fukuyama y a Samuel Phillips Huntington (1927), el politólogo estadounidense que ejerce de profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard y de Consejero de Seguridad en los USA. Ha publicado diversos libros, pero la obra que ha puesto Huntington en la lista de los investigadores actuales más influyentes es The clash of civilitzations and the remarking of world order (“El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial”), de 1996.

Este libro está basado, y así lo hace saber S. P. Huntington, en un influyente artículo , donde presentó un informe incisivo y profético, en la línea del Francis Fukuyama, quien en su obra cumbre “El fin de la historia y el último hombre”, también analizaba las distintas formas adoptadas por la política mundial tras la caída del Muro de Berlín. En ese artículo, nuestro autor defendía que “La política mundial está entrando en una nueva fase en la que la fuente fundamental de conflictos no será ideológica ni económica; las grandes divisiones de la humanidad y las principales fuentes de conflictos serán culturales, entre naciones y grupos de civilizaciones diferentes.” para mí de culturas.

El libro está compuesto por cinco secciones en las cuales presenta su análisis de la situación actual: Primeramente, analiza la confrontación entre las culturas, como nunca antes se había dado en la historia. En segundo lugar, discute los diferentes equilibrios que se han dado en el pasado entre las civilizaciones, especialmente la cristiana y la musulmana los procesos cambiantes, los resurgimientos y crepúsculos a los cuales se ven sometidas en las diferentes eras de la historia. En tercer lugar, presenta la evolución de las culturas emergentes. En cuarto lugar, las confrontaciones entre las civilizaciones (insisto civilización contra cultura), en especial entre la Occidental y la Islámica y sus manifestaciones más sobresalientes: Afganistán, la guerra del Golfo Pérsico, China, Norteamérica y sus efectos en los derechos humanos, la economía y la política. Finalmente, S. P. Huntington analiza el futuro de las civilizaciones, para concluir en una renovación de la occidental, basado en los atributos comunes de las civilizaciones, procurando establecer un nuevo orden mundial.
Samuel Huntington inicia su texto presentando como durante las décadas de la guerra fría, los conflictos mundiales tenían raíces de orden ideológico y económico; pues inicialmente el planeta estaba configurado en dos bloques, el occidental o capitalista y el bloque comunista o socialista; y posteriormente, se formó un tercer bloque, el de los denominados “países no alineados”.
Con la caída del bloque socialista era de esperarse que el bloque occidental se impusiese plenamente, pero no ha sido así del todo, sino que, contrariamente, ha emergido un mundo plural. La fuente fundamental de conflictos en el universo posterior a la guerra fría, según Huntington, no tiene raíces ideológicas o económicas, sino más bien culturales: “El choque de civilizaciones(lease cultura contra civilización) dominará la política a escala mundial; las líneas divisorias entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro”. Y, a medida que la gente se vaya definiendo por su etnia o su religión, Occidente se encontrará más y más enfrentado con civilizaciones no occidentales que rechazarán frontalmente sus más característicos ideales: la democracia, los derechos humanos, la libertad, la soberanía de la ley y la separación entre la Iglesia y el Estado.

¿Cuáles son las civilizaciones emergentes que resalta Huntington? Él plantea que es evidente que se constata el resurgir islámico (muchos países que en las décadas de la guerra fría asumían el marxismo-leninismo o que formaban parte de los países no alineados, actualmente -nos dice- encuentran su identidad y esperanza en el Islam), la civilización china (la milenaria China recupera el confucionismo, la concepción de la vida del maestro Confucio, del siglo VI antes de Cristo), la civilización japonesa o nipona (formada a partir de la China pero con tradiciones propias), la civilización hindú (que tiene un núcleo cultural de más de tres mil quinientos años), la civilización ortodoxa (emparentada con la Occidental pero que subraya las diferencias), también la civilización budista y, con futuro impreciso, la civilización africana y la latinoamericana.

Así, un choque de civilizaciones (Pobre filosofía la de Zapatero), de estas civilizaciones arraigadas a religiones, dominará la política a escala global: en las fronteras entre civilizaciones se producirán las batallas del futuro. Caso del conflicto actual en Gaza que él no previó en el 95.

Por eso, Huntington dirá que “estamos asistiendo «al final de una era de progreso» dominada por las ideologías occidentales, y estamos entrando en una era en la que civilizaciones múltiples y diversas interaccionarán, competirán, convivirán y se acomodarán unas a otras”.

El retorno a las culturas autóctonas o indigenización dificulta hablar de principios éticos y valores universales. Para muchos chinos y para muchos musulmanes la democracia y la misma Declaración Universal de Derechos Humanos son creaciones occidentales, no universales.

Ante esta tensa situación, si se quiere evitar peligrosos enfrentamiento , es urgente buscar los atributos comunes en todas las civilizaciones, es decir, tenemos que perseguir, aceptando la diversidad y la moralidad mínima que se deriva de la común condición humana.

La secuencia sería: grandes peligros por la expansión no occidental, pero enorme capacidad de respuesta de Occidente, conquistando nuevos espacios planetarios. Huntington usa términos tales como: “interés nacional”, “valores de Estados Unidos”, “intereses de Estados Unidos” y expresiones similares, todas ellas concentradas en los resultados, casi siempre favorables, a las perspectivas de Estados Unidos, pues todas las definiciones de lo no occidental suelen ser tácitas o expresamente críticas.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que sustenta incluso desde la ONU la necesidad de “Una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán”. Cayó un muro -dijo-. Debemos evitar ahora que el odio y la incomprensión levanten otro” y lo ha seguido haciendo con amplia financiación española y bajo el control de Federico Mayor Zaragoza, que ya intentó a través de ella conseguirle el premio Nobel de la Paz por establecer la negociación con ETA,proyecto arruinado por el atentado de la T4 y revitalizado recientemente, diga lo que diga Rubalcaba. Esta propuesta es vana retórica, esnobismo de un conveniente talante adaptable del Don Tancredo Zapatero.

Para F. Fukuyama el hecho verdaderamente importante a señalar es que la democracia liberal puede constituir el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y, como tal, el Fin de la historia y el hombre, pues la caída del comunismo y el triunfo de las democracias liberales marcaban el comienzo de la “etapa final” en la que no había más lugar para largas batallas ideológicas.
Así es, pero lo que no se esperaban era la pavorosa crisis mundial que nos aqueja, con desconfianza y temor mutuo, entre los socios por ejemplo de la Union Europea, ligados por la llamada bomba económica, es decir el cruce y recruce de la deuda interpaises, hasta el punto de no saberse donde acaban las interrelaciones, entre unos y otros, en un inestable equilibrio al que se añaden las interrelaciones económicas con el resto del mundo, es decir una bomba nuclear a punto de estallar y sin que conozcamos a ningún artificiero capaz de quitarle la espoleta. Cuando lo lea Zapatero, seguro que se apunta con alguna que otra parida de las suyas.

 
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