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domingo, 27 de noviembre de 2011

Los bancos relajan la lucha contra el blanqueo de dinero por la crisis

SÓLO EL 35% DE LOS CONSEJOS LO ABORDAN

Los bancos relajan la lucha contra el blanqueo de dinero por la crisis

Los bancos relajan la lucha contra el blanqueo de dinero por la crisis

Edificio del Banco de España. Aníbal Malvar

Los consejos de administración de los grandes bancos ya “no prestan la atención necesaria” a la prevención del blanqueo de capitales. Otro efecto de la crisis. Es la principal conclusión de un exhaustivo informe elaborado por KPMG sobre un trabajo de campo de RS Consulting, que incluye 179 entrevistas a directivos de bancos de 69 países, realizadas a finales del pasado año.

Solo el 62% de los entrevistados considera, a día de hoy, prioritaria la lucha contra el blanqueo. En la encuesta realizada hace cuatro años, este porcentaje se elevaba hasta el 71%. Y las palabras se reflejan en hechos. En 2007, el 52% de los consejos de administración trataba de manera formal el problema del blanqueo trimestralmente. Hoy solo lo hace el 35%.

Fuentes del sector financiero indirectamente vinculadas a dicho estudio radiografían las causas de este creciente desinterés: “No se puede decir exactamente que se haya bajado la guardia. Pero la crisis ha antepuesto otras prioridades, como la propia supervivencia de las entidades, la capitalización de las agencias financieras…”.

España no es una excepción a los bancos europeos

Los datos arrojados por este Estudio global sobre blanqueo de capitales 2011 son extrapolables a España. Según sus responsables, las respuestas de la docena aproximada de directivos españoles encuestados no difieren significativamente del resto. Lo que podría inducir a pensar que la reciente Ley 10/2010 de prevención de blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, elevada el 28 de abril del pasado año, no ha tenido el efecto estimulante que se hacía prever. A pesar de que las sanciones, incluso por inobservancia, a las entidades que amparen operaciones de blanqueo, pueden llegar “al 5% del patrimonio neto del sujeto obligado, al duplo del contenido económico de la operación o 1.500.000 euros”.

“Esta ley todavía no está reglamentada y hay muchas entidades que están esperando cómo va a salir el reglamento para decidir implantaciones de ciertos procedimientos. Las entidades financieras están, por tanto, un poco expectantes todavía”, señalan las fuentes arriba citadas.

Aunque la ley aun no esté reglamentada, cualquier entidad puede ser sancionada ya. Y muy gravemente. “Sin ninguna duda –asegura la fuente-. Pero los bancos ya han incrementado su presupuesto en implantación de procedimientos y control de blanqueo, compra de operativos de rastreo, y demás. En España, este incremento en la inversión es bastante parecido al 45% europeo”.

En España, alrededor del 5% del PIB podría ser generación de dinero negro. Pero esto no es blanquear. Blanquear es integrar ese dinero en el sistema

Sobre las cantidades anuales estimadas que se puedan estar blanqueando en España incide en que “se manejan estadísticas. En España, alrededor del 5% del PIB podría ser generación de dinero negro. Pero esto no es blanquear. Blanquear es integrar ese dinero en el sistema. El GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) hablaba de que en el mundo se blanqueaba un 7% del PIB global. Pero este dato es de hace bastantes años. No sé como estará ahora”. Una estimación que, de mantenerse en la actualidad, supondría más de cuatro billones de dólares.

En España se mantiene la sospecha popular de que hay connivencia de los bancos, y pervive en la memoria colectiva la imagen de Sito Miñanco o Laureano Oubiña entrando muy ufanos en la sucursal bancaria con las bosas de deportes repletas de dinero, lo que para la fuente es “ya prehistoria (se ríe). Yo me dedico a este tema desde finales de los 90. He visto desde entonces una mejora y un cambio en el sector. En relación con los clientes que se pueden aceptar o no. En la formación de la gente… Hubo un cambio radical. ¿Puede pasar? Pues obviamente. Pero el sector bancario es muy cauto a la hora de aceptar operaciones. Uno de los pilares de la lucha contra el blanqueo es conocer a tu cliente”.

Conoce a tu cliente y evitarás sanciones

KYC, know your customer, conoce a tu cliente. Es la regla básica que aplican los bancos para prevenir la llegada de dinero sospechoso a sus monederos y evitar sanciones. Un nuevo cliente, cualquier cliente, entra en la oficina para abrir una cuenta con una cantidad interesante. Y alguien muy amable y dentífrico empieza a hacerle preguntas de cortesía. ¿Qué media de fondos moverá al año? ¿Es residente o no residente? ¿Qué tipo de operativa…? ¿Hará transferencias al extranjero?

Tanto interés y atenciones no son para colocarle productos financieros (que también). Con los resultados de esta encuesta se calcula el rating del cliente. No como calificación de solvencia. Sino de sospecha. Del uno al diez. Los que obtienen mejor nota, adquieren de inmediato la dudosa distinción de convertirse en PEP: personas políticamente expuestas, en sus siglas en inglés. Es decir, aquellos sobre cuyas operaciones los bancos van a prestar mayor atención y a investigar con más empeño. Por si acaso. El título de PEP no conlleva per se el calificativo de presunto delincuente. Como un gremlin, el PEP puede ser un compañero encantador mientras no se moje. “PEP no tiene porqué ser un malhechor. Es una persona considerada como un foco de riesgo. Y hay que investigarla”.

En España solo se considera PEP a extranjeros. Aunque, en la práctica, a determinados clientes nacionales se les trata ya con las mismas deferencias. “Hay incluso bancos que, aunque la legislacion solo te obliga a controlar extranjeros, están intentado clasificar a PEP nacionales. A raíz de los ultimos cambios legislativos, se le pide a los bancos que clasifiquen al cliente de acuerdo con su riesgo, independientemente de la nacionalidad”.

En España solo se considera PEP a extranjeros. Aunque, en la práctica, a determinados clientes nacionales se les trata ya con las mismas deferencias

El estudio de KPMG reza textualmente: “Las entidades bancarias son capaces de identificar si un cliente podría ser una PEP (o están al menos introduciendo medidas para poder realizar dicha identificación). Sin embargo, son menos capaces de utilizar esta información de forma permanente de cara a gestionar el riesgo de que su institución pueda sufrir un blanqueo de los fondos obtenidos mediante soborno, corrupción o delito financiero de otro tipo, como la evasión fiscal”.

Porque las listas de PEP se compran. Al margen de las que pueda elaborar cada banco tras su investigación de clientes puntuales. Y, una vez compradas, no son objeto de revisión permanente. Es decir, si un banco asiático ha rechazado la operación del Cliente Hache por fundadas sospechas de corrupción, esa situación no se traslada siempre –o no se traslada casi nunca- de forma inmediata a las bases de datos de los bancos europeos o americanos, donde Hache vuelve a ser merecedor de alfombras rojas.

Solo las excepciones más llamativas son integradas de forma automática. Por ejemplo, Libia. Tras la caída de Gadafi, numerosas PEP han sido recalificadas como personas sancionadas debido a su cercanía al régimen del dictador asesinado. Otro tanto ha ocurrido con ciudadanos de distintos países árabes tras la Primavera. “Además, cualquier entidad bajo el control de una persona recientemente sancionada se reclasifica como entidad sancionada, debido al potencial de que se convierta en una fuente de financiación para los regímenes pertinentes”.

Tras la caída de Gadafi, numerosas PEP han sido recalificadas como personas sancionadas debido a su cercanía al régimen del dictador asesinado

“La única posibilidad de cerrar fisuras sería contar con una base de datos mundial que se actualizara automáticamente con información renovada por las entidades más importantes de todo el mundo. Pero quizá es hasta imposible técnicamente. Eso no lo sé. Y, aunque lo fuera, habría muchos gobiernos que lo vetarían. Y no solo hablo de gobiernos corruptos de países tercermundistas. No. No hace falta saber mucho para intuir a qué países de nuestro entorno no les convendría un control así”, señalan fuentes de la Guardia Civil especializadas en blanqueo.

EC.- Póngame un ejemplo. ¿Suiza, EEUU, México…?

-No hace falta saber mucho, repito.

En la actualidad, la herramienta más poderosa de control es el SWIFT MT202COV, que permite monitorizar las operaciones de forma bastante eficaz. Sin embargo, el informe de KPMG constata que “solo una cuarta parte de las instituciones financieras europeas han afirmado que siempre utilizan el MT202COV, y un 10% lo utiliza la mayor parte del tiempo. En consecuencia, la mayoría de las instituciones financieras europeas no proporcionan detalles del ordenante y del beneficiario a sus bancos corresponsales, evitando así que estos puedan cumplir sus obligaciones de comprobación de sanciones”.

Estos diferentes niveles de exigencia de las entidades a la hora de comprobar la honorabilidad de sus clientes y operaciones, resulta muy costosa al sector: “Las entidades bancarias están duplicando las comprobaciones y no son capaces de confiar unas en otras”, denuncia KPMG. Porque nunca consideran fiables los dossieres remitidos desde otras entidades y repiten el trabajo investigador por si acaso.

Los accionistas son un cliente más

Y es un trabajo muy arduo. En ocasiones, hay que investigar a todos los accionistas que posean más del 10% de acciones de una firma implicada en una operación (aunque la directiva europea pone el umbral en el 25% de títulos). Pero, si se detecta riesgo elevado, se investiga a todos los titulares reales. Un trabajo parapolicial exhaustivo donde el culpable puede ser, incluso, un primo lejano del mayodormo. Y no es exageración. El 74% de las entidades encuestadas por KPMG identifica a todos los consejeros y apoderados de las firmas implicadas en operaciones sensibles.

Otra de las razones de la desconfianza mutua entre las distintas entidades financieras, es la, a veces, dudosa procedencia de los datos KYC (conoce a tu cliente) ajenos. Porque, en ocasiones, no son los equipos de prevención de blanqueo los que manejan los datos del cliente, sino los agentes front-office. Esto es, los que gestionan directamente la interacción de la entidad financiera con el cliente potencial. “Según nuestra experiencia, esta situación conduce al desastre”, enfatizan desde KPMG.

Por dos razones obvias. El equipo front-office no está adiestrado para detectar en el historial del cliente bolsillos oscuros. Pero, además, es la parte más directamente interesada en cerrar con éxito el negocio. Es su trabajo. Y un exceso de entusiasmo puede cegar la objetividad a la hora de detectar riesgos.

Ninguna situación es incorregible. Pero solo una minoría de directivos encuestados por KPMG suscribe la siguiente idea: “Debería existir un enfoque de colaboración en lugar de un enfoque punitivo; esto provocaría una enorme diferencia. Las entidades bancarias se están esforzando por evitar las sanciones en lugar de conseguir un enfoque de mayor colaboración”. Palabra de solo el 12% de directivos. Aunque seguro que, al menos, un 88% de los blanqueadores no estará, en absoluto, de acuerdo.

 
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