Xoán López Facal , 73 años:
"Vivir es tener actividad constante"
De jubilado escribió la tesis, aprendió a tocar el piano,
estudió portugués e hizo de silvicultor | "Estuve sólo dos años
en el Parlamento gallego. No aguantaba el guirigay. Hoy no duraría ni un
minuto", explica | "Escribí mi tesis en gallego reintegrado
porque nuestra lengua es parte del tronco luso", asegura
Vida | 30/12/2013 - 00:00h

Está a punto de leer su tesis de doctorado sobre la historia
de un desaparecido banco gallego Óscar Corral
Santiago de Compostela
La de Xoán López Facal es un modelo de
jubilación muy productiva. Desde que se retiró en el 2005 este ingeniero
industrial y economista redactó su tesis de doctorado sobre la historia del
desaparecido Banco Olimpio Pérez, que espera leer el próximo año. Hizo los
cinco cursos de portugués en la Escuela Oficial de Idiomas. Aprendió a tocar el
piano. Mientras mantenía el hábito de leer "en cantidades
industriales", no paró de publicar artículos y de participar en los
debates actuales de la economía gallega, a través de varios grupos de estudio.
Y nunca dejó de ir al monte, en la casa familiar de A Costa da Morte, a
trabajar en el cuidado de los árboles, una de las grandes pasiones del clan de
los nueve hermanos López Facal.
"Mi jubilación supuso tiempo para hacer las cosas que quería hacer.
Afortunadamente mi padre, que era médico, fue un señor que murió a los 93 años,
leyendo y con actividad constante, pues subía al monte tres días a la semana.
Nosotros seguimos subiendo al monte y leyendo como leía él. Tuvimos una muy
buena escuela de actividad constante, que es la manera de vivir
adecuadamente", explica ataviado con una gorra bajo la que oculta el
vendaje de una herida que le ha dejado su pasión por la silvicultura, que
ejercita en su Toba natal, en el municipio de Cee.
"Somos una familia de fanáticos de las plantas y de los árboles. Tengo un
hermano que encarga a viveros holandeses árboles especiales. Los tenemos de
medio mundo, como arces japoneses o unas camelias increíbles. Paso mucho tiempo
en el monte, podando, arrancando hierbas malas, preparándolo todo", cuenta
López Facal, que vive en Santiago. Afirma tener siempre "trabajo por
hacer. Paso de una cosa a otra. El caso es tener actividad. La cuestión es
marcarte objetivos y tener un núcleo de convicciones bien asentadas. La manera
de la que me siento a gusto es ocupando todo el tiempo".
En 1999 le prejubilaron de su puesto como director financiero de Sodiga, una
sociedad de promoción industrial. Después dio clases en la Escuela Técnica
Superior de Ingeniería de Lugo.
Antes había tenido un efímero paso por la política institucional, como diputado
autonómico del nacionalista Partido Socialista Galego-Esquerda Galega (PSG-EG).
Eran parlamentarios él y su cuñado, Camilo Nogueira. Manuel Fraga decía que el
PSG-EG era el "partidiño de un diputado y su cuñado". A Facal le
sigue molestando ese comentario. "Y la de él era la opción gallega por
defecto del ministro franquista", contesta y explica que el PSG-EG era la
creación de "un grupo universitarios muy preparados y de sindicalistas
expulsados de Citroën. Nos faltó implantación y financiación, que nos cerró la
banca, pues teníamos demasiadas deudas. No nos faltaron las ideas". Facal
no siguió a la mayoría de sus compañeros, que entraron en el BNG. "Mi
matriz ideológica sigue siendo la de Esquerda Galega. Desconfié siempre de los
populismos, entre los que siempre incluí al BNG", dice. Fue diputado entre
1989 y 1991. "Estuve menos de dos años. No pude soportar el Parlamento
gallego, era un guirigay horrible. Ahora está mucho peor. No aguantaría ni un
minuto", cuenta.
Xoán López Facal no deja de deslizar su desacuerdo "con lo que está
sucediendo", con el rumbo hacia el que va Galicia. Afirma que la
"Xunta de Galicia es analfabeta políticamente" y denuncia "el
liberalismo corruptor que avanza en todas las administraciones". Formula
siempre sus críticas sin amargura, más bien con dulzura, con su aire educado de
optimista apasionado.
En estos años la tesis ha sido su "trabajo", que ya está terminado,
pendiente de la discusión final con su director, el catedrático de Historia
Económica Xoán Carmona. "Fue un reto que me marqué a mí mismo. En lugar de
escribir un libro, dije, voy hacer la tesis para someterme a una disciplina
académica y me irá bien. Va sobre el Banco Olimpio Pérez, fundado a mediados
del siglo XIX en Santiago. Trata de cómo era el banco y cómo se adaptó a una
economía cambiante como era la gallega de entre el siglo XIX y el XX",
relata. Su trabajo incluye un cálculo del volumen de las remesas que enviaban
los emigrantes gallegos de Argentina y Cuba.
Facal redactó su tesis en gallego reintegrado, una variante que defiende que la
lengua de Galicia es una variante del idioma portugués, frente a la postura
oficial de considerarla una lengua aislada. Por ejemplo, en gallego oficial la
palabra no, se escribe "non". En portugués, "não". Y en
gallego reintegrado, "nom".
Dudó en hacerla directamente en portugués, como vía más universal, pero apostó
por el camino intermedio, el puente para reintegrar a la lengua gallega a su
tronco de la lusofonía.
Tras jubilarse hizo los cinco cursos de portugués en la Escuela de Idiomas. Los
primeros resultan fáciles para un gallegoparlante, pero los últimos ya son más
complicados. Él dice que no tuvo ninguna dificultad y que estudió "por
impregnación".
"Desde que tengo uso de razón soy un gran amante de Portugal, un gran
lector de portugués y un convencido de que el futuro del gallego pasa por
llegar a un entendimiento con ese mundo de 250 millones de hablantes.
Efectivamente el gallego es diferente en morfología y en sintaxis, pero no más
que el brasileño respecto al portugués continental o al angoleño. Por un lado
está la verdad científica, de que el gallego pertenece al tronco de la
lusofonía, y por otra está el imperativo económico. Las facilidades para el
empresariado, alumnado y trabajadores gallegos en Brasil y Angola son de tal
categoría que sólo se puede achacar a la ignorancia que esto no esté sobre la
mesa ahora mismo", argumenta. Opina que la "resistencia
numantina" que mantienen las instituciones gallegas se explica porque
"hay mucho españolismo larvado".
Las clases de portugués le llevaron a Facal a hacerse miembro de la Associçom
Galega da Língua, Agal, con la que participa en los cursos de verano en Oporto
para hablantes gallegos. También forma parte de una red de lectura.
La otra parte de la actividad de Facal es la de su vertiente de economista.
Como cronista industrial es miembro fundador del equipo del informe anual de la
economía gallega, que financiaban las antiguas cajas y sobre el que existe la
duda acerca de su futuro, tras haberlas comprado el venezolano Banesco, que
para Facal era "la mejor opción de las posibles", frente a los bancos
españoles, porque garantiza el empleo, aunque reconoce que presenta varios
riesgos. Es miembro del Foro Galego de Economía, que quiere que sea como el
Cercle d'Economia. Pero dice que "Catalunya es Catalunya y Galicia es
Galicia. Nosotros envidiamos a Catalunya políticamente y por la fuerza de su
sociedad civil. Aquí tenemos un ambiente cutre".
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