En época de egos inflados, de “marcas” personales con mucho de lo primero y
poco de lo segundo, me ha parecido interesante recuperar una investigación que
en 1999 demostraba lo cierto de una idea tremendamente popular: la de que no hay
nada más atrevido que la ignorancia .
“Unskilled
and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead
to Inflated Self-Assessments (PDF).” , firmado por David Dunning y Justin
Kruger muestra cómo la gente que es extremadamente mala en algo tiende a
pensar que es tremendamente buena en la materia.
La idea, además de confirmar en este caso lo que un sentido común no siempre
certero indica, me recordaba algo que leía recientemente y que también debe
ponernos en estado de alerta: construimos mejores historias sobre temas
que conocemos poco.
Sobre el tema que nos ocupa, ocurre en el día a día, como cuando leemos,
escuchamos y hablamos constantemente de la crisis económica, política, social,
global que vivimos, pero no sabemos de lo que estamos hablando en realidad.
También en el ámbito más profesional. En ese sentido me di cuenta, años atrás,
al establecer la línea base para un plan de formación en informática, de cómo de
sobreestimación solemos hacer de las propias capacidades. Gente con problemas
para programar el despertador en sus teléfonos móviles se autovaloraban de tal
modo que parecía innecesario ningún tipo de formación.
Pues bien, la investigación lo reafirma en distintos sectores y para
distintas habilidades y competencias: somos tremendamente optimistas
acerca de las propias capacidades, tendiendo además a valorar a los demás en
términos más negativos que los que serían justos y objetivos. Además el
problema podría no ser solamente el hecho de ser malo en algo sino también el
hecho de no poseer las herramientas adecuadas para darse cuenta de ello. Se
trata de la cuestión de la cognición y la metacognición formando un círculo
vicioso… si uno no sabe de un tema, difícilmente se dará cuenta de ello…
Liderazgo, selección de personal, humanidades y el atrevimiento de la
ignorancia
Cognición, metacognición, algunos estudios muestran cómo se suele sobrestimar
la medida en que leemos el pensamiento de los demás, más cuanto más puntuamos en
escalas de narcisismo y extroversión. En cambio cosas como la autoestima y el
género parecen no afectar. El tema es interesante si pensamos en cómo de
importante resulta eso, leer el pensamiento ajeno en las profesiones que en
mayor o menor medida tratan de evaluar a los demás. Además, si como los más
cercanos a Recursos Humanos sabéis, el principio de Peter nos dice que se suele
promover a la gente por encima de sus niveles de competencia, el peligro de que
sea gente extrovertida y narcisista la que lidere equipos o evalúe los méritos
de otros, como además puede ocurrir… puede ser nefasto. Sin darme cuenta creo
que añado argumentos a los de un artículo que me interesaba recientemente y al
que deberíais acudir terminado este …
¿Necesitamos líderes introvertidos?
Un poco de lógica, mucho de autocrítica
En todo caso también podemos entrenarnos y entrenar para lo contrario: si
enseñamos a la gente razonamiento lógico y científico, tan poco habituales, se
vuelve más capaz de evaluar su propia ejecución. Resurge, por último, la
importancia del pensamiento crítico, de la que tanto se habla para discriminar
el conocimiento de los demás en la era de la abundancia, pero que tanto se
olvida para nosotros mismos…
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