Un estudio de la Universidad de Boston en Estados Unidos desafía las bases científicas del procesamiento de la memoria al plantear que no existe una región cerebral específica encargada de los recuerdos sino una colaboración entre diversas regiones. El trabajo se publica en la revista 'Science'.
Los autores explican que cuando los daños cerebrales dan lugar a una mala memoria suele considerarse que es una consecuencia de que la información del cerebro se ha perdido o vuelto inaccesible. Los investigadores ofrecen una alternativa al señalar que en vez de ver los objetos familiares como nuevos, los pacientes con daño cerebral podrían ver los nuevos objetos como familiares, creando una especie de 'memoria falsa'.
Los científicos, dirigidos por Stephanie McTighe, desarrollaron un experimento con ratas en el que presentaban a los roedores un objeto familiar y uno nuevo de forma separada, en vez de simultaneamente como hacen las pruebas de memoria habituales, y observaron cómo tanto las ratas sanas como las que tenían daño cerebral trataban estos dos objetos. Normalmente, las ratas sanas pasan menos tiempo investigando un objeto familiar, lo que demuestra alguna clase de recuerdo, y más tiempo investigando un objeto nuevo. Sin embargo, estos investigadores señalan que sus ratas con daño cerebral parecían reconocer tanto los objetos familiares como los nuevos como si fueran iguales.
Al situar a las ratas en un ambiente oscuro sin visibilidad, limitando así los estímulos visuales, antes y después de que los ratones investigaran los objetos, los investigadores descubrieron que las ratas con daño cerebral no confundían los objetos familiares con los nuevos.
El descubrimiento implica que los estímulos visuales constantes, que llegan de forma masiva al cerebro cada vez que se abren los ojos, tienen el poder de influir en los recuerdos fragmentados que aún no se han desarrollado o fijado por completo en el cerebro.
Los autores combinaron estos resultados con los de estudios previos y sugieren que áreas específicas del cerebro contribuyen a la memoria como un todo a través de sus funciones especializadas de procesamiento de la información. Los investigadores arremeten contra la noción de una región particular del cerebro que actúa como un sistema de memoria específico.
Europa Press