AUNQUE SE DEFINIRÁN LOS GANADORES Y PERDEDORES DE LA CRISIS
¡Feliz 2013! Este año solo será mejor para la banca
El presidente del Banco Central Europeo, Mario
Draghi. (EFE) Eduardo Segovia
Si 2011 ha sido el año más duro de lo que llevamos de crisis para la banca,
2012 tiene mucha mejor pinta. No porque la economía vaya a mejorar (el nuevo
Gobierno ya ha anunciado que España volverá a la recesión el próximo año), sino
porque se ha aliviado su principal angustia: la liquidez. Además, el
cierre de la reforma financiera, con o sin banco malo, permitirá que se
recupere la confianza y se reactive el crédito. Eso sí, habrá ganadores y
perdedores: muchas entidades actuales no lograrán sobrevivir y tendrán que ser
absorbidas por otras.
El alivio de la liquidez hay que agradecérselo exclusivamente a las dos
últimas medidas puestas en marcha por el BCE: las inyecciones de la barra
libre a tres años (la primera entregó casi medio billón de euros y hay otra prevista
para febrero), y la ampliación de los activos que se pueden descontar como
garantía a otros con escasa calidad crediticia.
La importancia de ambas es capital para el sector en toda Europa, y en España
en particular, ya que le soluciona los ingentes vencimientos de deuda previstos para 2012.
Unos vencimientos cifrados en 120.000 millones por PwC, ya que el próximo año debe
devolverse o renovarse toda la deuda avalada por el Estado a tres años
que las entidades emitieron masivamente en 2009, aparte de muchas emisiones sin
aval.
Y eso tiene unas consecuencias positivas que van mucho más allá de lo que
parece a primera vista. El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume
Guardiola, cree que las medidas del BCE "no se han valorado en su plenitud,
pero son muy importantes para los bancos". A su juicio, la barra libre a 3 años
puede considerarse "financiación estructural, y va a quitar mucha presión sobre
la liquidez, lo que hará que 2012 sea un ejercicio más cómodo". “Las
últimas medidas de liquidez del BCE mejoran substancialmente la resistencia
de los bancos y garantizan la estabilidad en la financiación de las
entidades en 2012 y 2013”, añade Goldman Sachs.
El nuevo círculo virtuoso de la banca
Según los expertos, esta medida puede crear un círculo virtuoso que sirva
para que el sector por fin empiece a ver la luz al final del túnel. Por un lado,
desaparece el riesgo de default (impago) de alguna entidad que no
sea capaz de conseguir la liquidez necesaria para afrontar alguno de estos
vencimientos. Eso quita muchísima presión al sector y puede contribuir
decisivamente a que inversores y agencias de rating mejoren poco a poco su
confianza en el mismo.
En segundo lugar, las entidades ya no estarán agobiadas por encontrar esa
liquidez debajo de las piedras, lo que significa que ya no tendrán que pagar
precios desorbitados por sus bonos, pagarés y depósitos minoristas. Lo cual, a
su vez, tendrá un efecto muy positivo en los márgenes y las cuentas de
resultados; no hay que olvidar que el desplome sufrido en 2011 se achaca
principalmente a los altísimos costes de financiación, que son los que se
reducirán drásticamente gracias al BCE. Sin olvidar que esta liquidez barata
incentiva de nuevo el carry trade (invertir ese dinero en deuda pública
con un interés mucho más alto), que a su vez mejora aún más los márgenes.
Y si los bancos ganan más dinero, generan más capital orgánicamente para
cumplir con el famoso 9% de core capital exigido por Europa y que se ha
convertido en el nuevo estándar del sector. Finalmente, quizá el efecto más
relevante es que las entidades podrán volver a la normalidad en su gestión, ya
que la falta de liquidez tiene paralizadas a muchas. El corolario sería que
el crédito puede volver a fluir por fin y ayudar a la recuperación
económica.
La morosidad y los adjudicados seguirán pesando
Por supuesto, este escenario positivo no está exento de dificultades y
obstáculos. Mientras el paro no se reduzca, la morosidad seguirá creciendo, lo
que significa más provisiones, adjudicados y fallidos que seguirán presionando
mucho la parte de abajo de las cuentas del sector. Además, el nuevo Gobierno de
Mariano Rajoy quiere incrementar esas pérdidas para reconocer el valor
real de los inmuebles adjudicados, con o sin 'banco malo'. Una medida que puede
meter en pérdidas a toda la banca mediana y reducir notablemente
los beneficios de los grandes, pero que hará bajar el precio de la vivienda, lo
que también contribuirá a la recuperación.
Estas pérdidas obligarán a las entidades a buscar más capital privado o a a
tener que pedirlo al Estado, lo que en todo caso dará pie a una segunda ola
de consolidación que ya se ha iniciado con las operaciones de Popular-Pastor
y Sabadell-CAM. Las entidades ya nacionalizadas (Unnim, CatalunyaCaixa,
NovaGalicia y banco de Valencia) serán vendidas con sistemas parecidos al de la
alicantina pero es casi seguro que habrá otros grupos que no podrán seguir en
solitario y también tendrán que ser absorbidos por alguien más solvente. En el
mercado se cruzan todo tipo de quinielas sobre quién acabará con quién. En todo
caso, el cierre de la reestructuración financiera definirá claramente a los
ganadores y perdedores de la crisis.
Y dentro de tres años, ¿qué?
Todo este escenario se basa en la liquidez ilimitada del BCE, como hemos
dicho. Por tanto, otra de las incertidumbres es qué va a pasar cuando la
autoridad monetaria cierre la barra libre y, peor aún, cuando venzan estas
inyecciones dentro de tres años. Hay quien dice que la solución actual es "pan
para hoy y hambre para mañana" u otra "patada a seguir", porque entonces
estaremos igual que hoy.
Pero otras voces aseguran que, como consecuencia del círculo virtuoso antes
explicado, se recuperará la confianza en el sector y se relajarán las primas de
riesgo nacionales, con lo que los bancos podrán volver a emitir en mercado a
costes razonables de aquí a tres años, e ir renovando la financiación del
BCE por ésta. Además, se supone que tienen que avanzar con el proceso de
desapalancamiento -apenas iniciado en España-, lo que también reducirá estas
necesidades de liquidez.
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